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22 Jan 2024

Un pueblo alavés lleva 10 años calentándose a base de biomasa forestal

Desde hace una década, los vecinos de Sabando, un pequeño concejo de la montaña alavesa, se calientan en invierno y disponen de agua caliente todo el año sin tener que preocuparse del precio del gas o del gasóleo, gracias a contar con uno de los primeros sistemas de calor comunitario por biomasa instalados en España.

Su alcalde, Ángel Marcos Pérez de Arrilucea, explica que antes de decidirse por este sistema, los 50 vecinos de esta pedanía del municipio de Maeztu, tenían dos alternativas: o pagaban una factura anual en torno a 2.500 euros de gasóleo o gas, o tendrían que ir al monte para cortar las doce toneladas de madera que una casa consume también al año. «Lo que iba a suponer mucho tiempo y esfuerzo, en especial para los vecinos de cierta edad», explica.

Ante esta situación, los habitantes del pueblo echaron cuentas y vieron que, con el sistema de biomasa podían ahorrar entre el 40% y el 60% de ese gasto anual en gas o gasóleo. Al mismo tiempo, podrían reducir a la mitad prácticamente el consumo de leña.

Cada primavera contratan una empresa para extraer la biomasa forestal necesaria (350 toneladas de madera al año) de las mil hectáreas de montes comunales de las que dispone el pueblo. Una labor con valor añadido, ya que suelen ser las zonas más tupidas del bosque con lo que de esta forma se limpia y protege del riesgo de incendio.

Los vecinos están encantados y quieren continuar en el pueblo, ya que pueden disfrutar de la montaña alavesa sin las incomodidades del riguroso invierno. Además, bajo esta línea de ahorro energético, el interés por la experiencia de este pueblo rural ha llegado a otros núcleos cercanos. «La factura es la mitad que la caldera de gasoil, que además no deja de ser un combustible fósil con lo que ello supone. En cuanto al tema de la leña, yo con mi edad ya no me veo yendo al monte a cortar, que para el invierno es mucho», comenta uno de los vecinos. «No sé si tendrá algo que ver, pero desde que disponemos de este sistema hay siete niños más en el pueblo», comenta ilusionado el síndico, quien no duda de que las mejoras de habitabilidad han hecho que varias parejas jóvenes se hayan quedado en Sabando.